reflexiones
Entre confusiones morales y etiquetas
13 de septiembre de 2025 · Por Dora Zuluaga
¿Qué clase de sociedad es esta que nos vende lo malo como bueno y viceversa?
Intentar responder a esta cuestión es un verdadero embrollo, porque, en medio de una sociedad tan relativizada, donde los valores parecen alterados, hacerse esa pregunta resulta casi una imprudencia, un callejón sin salida.
Más aún cuando todo se acomoda a la medida de lo que piensa cada quien. Es decir: “si eso es lo que tú piensas, o si eso es lo que yo pienso, ahí queda”. Porque, ante todo, hay que respetar la libre expresión. Nadie tiene por qué convencer al otro. Y entonces pareciera levantarse un muro de hielo que impide todo el fuego de la comunicación y del intercambio de ideas, donde el punto de encuentro entre una visión y otra resulta imposible de hallar.
En ese contexto aparecen las etiquetas: autoritario, antiderechos, fascista, comunista, neoliberal, fanático, dogmatico, elitista y cuantas más existan para anular el pensamiento opuesto.
Por eso, más que intentar responder la pregunta inicial, que de suyo es compleja; se trata de una invitación a cuestionar los valores que hoy se imponen en la sociedad. Valores que llegan acompañados de radicalismos: que atacan a las personas, pero no a las ideas. Valores que vienen acompañados de confusión, a pesar de ser la época con mayor acceso a la información. Y valores que traen consigo la idea de que todo está permitido, mientras los límites son vistos como taras.
Es entonces, en medio de esta época iluminadamente oscura, que desde el micromundo que representa cada persona debe nacer la transformación. Pues, no podemos esperar que el estado o los grandes líderes políticos vengan a solucionar lo que generalmente ellos han causado, por lograr el seguimiento de las masas a costa de la creación de enemigos, chivos expiatorios, para obtener y permanecer en el poder.
En las familias y en los grupos locales descansa la tarea de rescatar los valores morales y cívicos, transformando las diferencias en semillas de riqueza social y cultural, en lugar de permitir que se conviertan en grietas de división y enemistad que hoy parece imponerse.
Es desde el interior, el espíritu, de cada persona donde se empieza a tejer las creencias y los valores que si no se orientan por el camino de un mundo mejor y bajo un propósito justo, lo malo seguirá enmascarado en lo bueno engañando mentes y creando confusión en los corazones.